lunes, 28 de febrero de 2011

Arte VS Tecnología

La reintegración de la escisión producida en época del Romanticismo entre arte y tecnología es relativamente reciente -remonta aproximadamente a la época de las vanguardias si hablamos de teorización; años sesenta en ejercicio- si bien en las últimas décadas ha acortado distancias a pasos agigantados. La revolución informática consolidará la conciencia de arte total, donde la ciencia pase a ser un componente integrador más que permitirá alcanzar formas de expresión paralelas a la sociedad. Un avance que se ha visto apoyado por las actuaciones de centros e instituciones dedicados a gestionar y generar colecciones que ejemplifican esta evolución, y entre las que encontramos en España, como un ejemplo a destacar, a la Fundación Telefónica (con su programa "Arte y Tecnología").

Si hace tiempo ya que los soportes tradicionales resultaban insuficientes para una sociedad evolucionada a una distancia años luz del momento en el que fueron establecidas las normas y tipologías del arte, en un ámbito tecnológico la multidisciplinareidad es mucho más probable y se acerca con mayor efectividad a un arte cuya difusión y funciones, por fuerza, han tenido que cambiar. De esta manera, los esfuerzos comenzados por movimientos como el Fluxus, el grupo ZERO o el videoarte se van concretando cada vez más en nuestra contemporaneidad, en la que los recursos han despegado las posibilidades técnicas y conceptuales, ambas estrechamente relacionadas. 

En este contexto la Fundación Telefónica se muestra fuertemente comprometida con la difusión del arte tecnológico, acogiendo manifestaciones de distinto carácter que tipifican los nuevos aires que el arte comienza a demandar. Y, junto a las diversas colecciones que la fundación posee, destaca en este sentido la conformada a partir de las diferentes ediciones celebradas de su certamen VIDA; un concurso destinado a premiar "obras de arte que tengan comportamientos emergentes, que evolucionen con el tiempo, que reaccionen a su entorno y que parezcan tener vida propia, junto con proyectos que relacionen lo tecnológico con lo biológico, y que investiguen las características sintéticas de la vida contemporánea".

Alimentos transgénicos

El hombre lleva varios miles de años modificando los vegetales que utiliza como alimento. Tal es el caso de muchas frutas que son productos de mezclas de diferentes plantas.
Sin embargo la ingeniería genética permite ahora llevar a cabo en pocos años y en forma controlada modificaciones que antes costaban décadas de trabajo.

Sus comienzos 
En sus comienzos, la ingeniería genética se utilizó para producir sustancias de uso farmacéutico, como la insulina, vía la modificación genética de microorganismos. Con los posteriores desarrollos aquellas investigaciones preliminares se aplicaron y derivaron en la obtención de vegetales y animales modificados genéticamente de forma tal de mejorar sus propiedades implícitas. Los objetivos y mejoras principales a los que se apuntaba eran los de obtener mayor vida comercial en los productos, resistencia a condiciones ambientales más agresivas (heladas, sequías, distintos tipos de suelos), resistencia a herbicidas más fuertes y potenciar la autodefensa contra plagas e insectos.
El primer alimento, modificado por la ingeniería, en ser producido para el consumo masivo fue el tomate Flavr Svr.
Los alimentos que posteriormente se modificaron fueron la soja transgénica, en la cual se modificó su constitución para hacerla más resistente a herbicidas y el maíz, al que se le modificó para resistir determinados insectos y generar mayores rindes por cultivo y cosecha.

Desde muchos puntos de vista, las perspectivas de esta tecnología son vastamente amplias por lo que actualmente existen varias decenas de otros productos listos para ser comercializados. Sin embargo, y aún a pesar de las amplias fronteras que esta ciencia tiene, debido a diversas razones la cantidad de productos disponibles en el mercado es muy reducida y acotada.

Opiniones opuestas 
Como contracara de este tremendo avance tecnológico existe una segunda voz: La que se mantiene en contra de la manipulación genética de los alimentos y que enuncia que esta atenta contra la salud de la población. Estas voces de protesta se originan en que existen campos con diversas dudas concernientes al tema, que la ciencia no ha develado completamente.
Por esto, es que diversas organizaciones ambientalistas y ecologistas claman en favor de la agricultura biológica y orgánica, y promueven los alimentos de calidad que no aplican modificaciones o alteraciones genéticas, o utilizan agroquímicos y/o agrotóxicos para su crecimiento.

LA BIOTECNOLOGÍA GENERA UN NUEVO CORAZÓN

Las células madre inyectadas en el 'esqueleto' de corazones de animales lo pusieron a latir después de apenas ocho días

Investigadores informan que una tecnología biológica que podría generar corazones trasplantables con células madres de los receptores mismos ha pasado pruebas de laboratorio importantes.
La técnica, conocida como decelularización de órganos, se ha utilizado para crear tejido cardiaco en funcionamiento, según el informe de la edición del 13 de enero de Nature Medicine, escrito por un equipo del Centro de reparación cardiovascular de la Universidad de Minnesota.




Lo que los científicos hicieron primero fue usar detergentes y otras sustancias químicas para eliminar todas las células cardiacas viejas de corazones de ratas y cerdos, según explicó Doris Taylor, investigadora líder y directora del centro. Lo que quedó fue un andamiaje de tubos que alguna vez fueron los vasos sanguíneos del órgano. Luego se inyectaron células madre al andamiaje, en donde se les suministraron nutrientes que les permitieron desarrollarse y convertirse en un órgano nuevo. En cuestión de ocho días, los corazones estaban latiendo.

Alimentos transgénicos: una amenaza para la fertilidad


Un estudio revela que un maíz modificado genéticamente afecta a la reproducción en ratones.
 
Un estudio hecho público por el Gobierno de Austria identifica graves amenazas para la salud por consumo de organismos modificados genéticamente. Este estudio es uno de los escasos realizados a largo plazo de los efectos de los transgénicos en la alimentación. Concluye que la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional. Este maíz está aprobado para alimentación humana y animal en la Unión Europea y se ha cultivado de forma experimental en más de 30 municipios españoles. Considerando la gravedad de esta potencial amenaza para la salud y reproducción humana, Amigos de la Tierra y Greenpeace exigen la retirada de los cultivos transgénicos actualmente en el mercado.
El estudio, patrocinado por los Ministerios de Agricultura y Sanidad de Austria, fue presentado ayer en un seminario científico en Viena. El Dr. Jürgen Zentek, Profesor de Medicina Veterinaria en la Universidad de Viena y coordinador del estudio resumió los hallazgos: los ratones alimentados con maíz transgénico tuvieron menos descendencia en la tercera y cuarta generación, y estas diferencias fueron estadísticamente significativas. Los ratones alimentados con maíz no transgénico se reprodujeron de forma más eficiente. Este efecto se puede atribuir a las diferencias en la alimentación.
“Los alimentos transgénicos parecen actuar como un agente de control de la natalidad, conduciendo de forma potencial a la infertilidad. Si este motivo no es suficiente para plantear la retirada de los cultivos transgénicos actualmente en el mercado, no se a que tipo de catástrofes estamos esperando” afirmó Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña  contra los transgénicos de Greenpeace “Experimentar genéticamente con nuestros alimentos es como jugar a la ruleta rusa con los consumidores y con la salud pública”.
Los investigadores austriacos llevaron a cabo varios ensayos de alimentación a largo plazo con ratones durante 20 semanas. Uno de estos estudios consistió en una Evaluación de la Reproducción mediante Cría Continua (RACB en sus siglas en inglés), en el que la misma generación de padres tuvo varias camadas de ratones. Los progenitores fueron alimentados o bien con una dieta que incluía un 33% de una variedad de maíz transgénico (NK 603 x MON 810), o bien a base de un maíz parecido, pero no transgénico. Se encontró que la reducción en el tamaño de la camada y su peso eran estadísticamente significativos en la tercera y cuarta generación en los ratones alimentados con transgénicos en comparación con el grupo control.
Esta variedad de maíz transgénico, propiedad de la multinacional Monsanto es tolerante a un herbicida y resistente  a algunos insectos. Ha sido aprobada para su cultivo en varios países, como EE.UU. o Argentina y en la Unión Europea [1] está aprobado para uso en alimentación humana y animal. En España, este maíz ha sido además cultivado de forma experimental al aire libre en más de 30 municipios los últimos tres años [2]. Estos ensayos tienen el grave riesgo de contaminar los cultivos de maíz destinados a la alimentación. La variedad NK 603 x MON 810 es un híbrido de dos variedades transgénicas. Una de ellas, MON 810, se cultiva de forma comercial en España, con más de 80.000 hectáreas sembradas en 2008.
“Este estudio es un ejemplo más de que no se puede garantizar la seguridad de los cultivos transgénicos. La toxicidad para la reproducción que presenta este maíz transgénico es un resultado totalmente inesperado. Pero las autoridades europeas lo declararon tan seguro como el maíz convencional, un error con una consecuencias potenciales extremadamente graves” añadió David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra.
Para más información:
Teresa Rodríguez,  Prensa de Amigos de la Tierra: 91 306 99 00 - 680 936 327
Marta San Román, Prensa de Greenpeace: 91 444 14 00 - 680 400 645
David Sánchez Carpio, Responsable del Área de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra, 91 306 99 21 – 691 471 389
Juan-Felipe Carrasco, Responsable campaña de Transgénicos de Greenpeace, 91 444 14 00
Notas:
[1] En 2005, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA en sus siglas en inglés) dio luz verde a este maíz. Sin realizar ningún estudio independiente, basándose solo en los datos de Monsanto, la EFSA afirmó “se considera improbable que el maíz NK603 x MON810 tenga ningún efecto adverso en la salud humana y animal”. Esto es un claro ejemplo de que el modelo de evaluación de riesgos de los cultivos transgénicos es defectuoso y está mal diseñado.
[2] El Ministerio de Medio Ambiente autorizó en 2008 a la empresa Pioneer el cultivo experimental al aire libre de esta variedad en Dos Hermanas, Los Palacios-Villafranca, Marchena y Huétor Tájar en Andalucía; Gurrea de Gállego, Garrapinillos, Tauste, Puebla de Alfindén, Villafranca de Ebro y Nuez de Ebro en Aragón; Tarazona de la Mancha, Alpera y La Gineta  en Castilla La Mancha; Rebollar de los Oteros, Llamas de la Ribera, Toral de los Guzmanes, Ataquines, Pelabravo, Villarrabé y Olmos de Ojeda en Castilla y León; Alcarrás en Cataluña; Villanueva de la Serena en Extremadura; San Martín de la Vega en Madrid y Santa Uxía de Ribeira, Mesía, Villalba, Chantada en Galicia
Pioneer ha experimentado en estos y en otros municipios, al menos en 2008, 2007 y 2006.